Estrés Económico en Argentina Alcanza el 50%: La Mitad de los Hogares Siente que Sus Ingresos No Alcanzan

BUENOS AIRES, Argentina. El estrés económico en Argentina cerró 2024 en un máximo de cuatro años , afectando a la mitad de los hogares y golpeando con particular dureza a los sectores medios-bajos. Según la medición del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, este indicador superó el 50% por primera vez desde la post pandemia en 2021 . Este fenómeno se da en un contexto donde la pobreza se ubicó en 38,1% y la indigencia en 8,2%, según el INDEC.
El estrés económico, una métrica que amplía el análisis de la pobreza multidimensional, mide la percepción de los hogares sobre la suficiencia de sus ingresos para cubrir consumos básicos, mantener patrones de vida y la capacidad de ahorro. En esencia, capta la sensación de «no me alcanza» que, según el coordinador Agustín Salvia, ofrece una visión más realista de la pobreza, aunque sea un factor subjetivo.
Un Empobrecimiento Generalizado con Mayor Impacto en Sectores Medios-Bajos
El informe «Estrés económico: cambios y continuidades de la evolución histórica (2010-2024) y el período reciente (2022-2024)» de la UCA revela un aumento sostenido de la tasa de pobreza entre 2022 y 2024 , contrariamente a la caída oficial observada en 2024. Si bien los últimos años muestran un empobrecimiento generalizado, la coyuntura reciente ha afectado particularmente a los sectores medios-bajos, con una creciente proporción de hogares que caen en situaciones de estrés económico.
Los datos por nivel socioeconómico en 2024 son alarmantes:
- Sectores muy bajos: 75,3% de estrés económico (un aumento de 6,1 puntos porcentuales -pp- frente al año anterior).
- Sectores bajos: 61,5% de estrés económico (+8,4 pp).
- Nivel medio-bajo: 35,7% de estrés económico (+2,9 pp), el valor más alto desde la pospandemia.
- Nivel medio-alto: 15,2% de estrés económico (+1,7 pp), el nivel más alto desde 2020.
Impacto de las Carencias no Monetarias y en Hogares con Niños
La medición del estrés económico en relación con las carencias no monetarias (acceso a salud, educación, vivienda, alimentación y seguridad social) muestra un fenómeno preocupante: el estrés aumenta con mayor dureza entre aquellos que tienen menos carencias preexistentes . Para el decil sin carencias, el indicador subió de 15,5% a 22,8% entre 2023 y 2024 (+7,3 pp). En contraste, para aquellos con tres o más carencias, el avance fue de solo 1,6 pp
Además, se observa un mayor estrés económico en los hogares con niños (54,6%) frente a los sin niños (38%), lo que subraya la significativa pobreza que afecta a la población más joven.
El informe concluye que la experiencia de estrés económico es una herramienta útil para identificar situaciones de vulnerabilidad que a menudo permanecen ocultas si se utiliza solo un criterio objetivo y monetario de pobreza. Hogares que no son clasificados como pobres, pero que experimentan privaciones cotidianas o un deterioro en su calidad de vida, quedan visibilizados por este indicador.
¿Qué políticas públicas podrían implementarse para mitigar el estrés económico, especialmente en los sectores medios-bajos y en los hogares con niños? ¿Cómo se puede abordar la brecha entre los indicadores económicos oficiales y la percepción social del bienestar?