Capitanich ya es el primer senador electo y Zdero recalcula

Jorge Milton Capitanich puede envanecerse, a estas alturas del año, de que ya es el primer senador electo de la Argentina. Aunque las elecciones de octubre están a varios meses de distancia, con o sin acuerdo de unidad dentro de peronismo su candidatura está asegurada y su pasaje al Congreso también.
Pero en realidad, el PJ, a estas alturas, va por más que eso. Puertas adentro se da por descontado un acuerdo entre el coquismo y Primero Chaco, el sector liderado por Magda Ayala, que en las elecciones provinciales de mayo fue separado de la boleta oficial del justicialismo y, sin poner demasiado en la cancha, cosechó un nada desdeñable 11% de los votos. La sumatoria de los sufragios del Frente Chaco Merece Más y de Primero Chaco emparda lo obtenido por Chaco Puede, el frente del gobernador. Suficiente para encender luces de alarma en el oficialismo con vistas a octubre.

EL ‘27
Con ese panorama, el peronismo se entusiasma con la posibilidad de una victoria en la elección nacional. Pero aún una derrota agónica dejaría al PJ vivo y entusiasmado para las elecciones de 2027, en las que sueña recuperar el poder perdido en el ‘23.
Si bien falta ponerle el moño al acuerdo, lo que básicamente significa cerrar trato sobre el reparto de las escasas candidaturas disponibles (el Chaco elegirá tres senadores nacionales y cuatro diputados nacionales), de un lado y del otro dan por inexorable el pacto. Y tanto desde los cuarteles de Capitanich como desde los de Ayala dan el mismo dato: lo único que está definido hoy por hoy y que no se discute más es que el exgobernador será el primer candidato a senador.
Los números de mayo indican que aún en el peor escenario, el de un peronismo otra vez dividido, Jorge Milton volverá al Congreso, ya sea que gane los comicios o que salga segundo. Las senadurías no se reparten por un sistema de proporcionalidad, sino directamente con dos bancas para la fuerza más votada y la tercera para la segunda, sin importar cuántos votos obtengan.
LÍNEA NACIONAL
La unidad no solo está alentada por los números de mayo, sino también por las presiones de la dirigencia peronista nacional, que -como parte de la delirante campaña dirigida a hacer creer que Cristina Kirchner es una condenada inocente que debe ser rescatada por el pueblo de su calabozo de Constitución- baja a todos los distritos directivas de reparar fisuras y presentar boletas únicas.
«Además a Coqui lo ven (los dirigentes nacionales del partido) como un prócer por haber sacado el 35%», decía ayer un hombre cercano al jefe del PJ provincial.
Otro factor que contribuye a la reunificación son las propias inconsistencias internas de Primero Chaco, donde hay intereses y pensamientos políticos que permitieron encarar la empresa de mayo pero que también generan discusiones y miradas de reojo ahora que el poder ganado en las urnas abre expectativas más mundanas.
En definitiva, lo que falta determinar en el justicialismo es quiénes -y de qué sectores- llenarán los casilleros que complementarán a la candidatura de Capitanich. Obviamente que éste renunciará a la diputación provincial ganada en mayo, confirmando que nunca fue más que una candidatura testimonial.
EL OFICIALISMO
Estas noticias no provocan ninguna alegría en Zdero y su gente. Desde que NORTE dio la primicia (el 22 de febrero) de la doble postulación de Capitanich, en el oficialismo se consideró a la novedad como una buena nueva inmejorable. La lectura era que el exgobernador había salido del poder en 2023 con un derrumbe de su imagen (que lo llevó a perder frente al radicalismo) y que ese deterioro se había acentuado en los meses posteriores con todo el destape de ollas que siguió, relacionado principalmente con las relaciones carnales y financieras entre el poder coquista y los grandes gerentes del empresariado piquetero. Pero en mayo algo falló: esperaban un mejor resultado propio y uno peor de JMC.
No obstante, recuerdan que la historia indica que juntar dos sectores en una sola propuesta no necesariamente implica que se sumen sus bases electorales. En el caso concreto que nos ocupa, consideran que el regreso de Magda Ayala al redil le sumará votos a Capitanich pero también a Chaco Puede. La teoría que los alienta es que muchos votaron a Ayala a modo de rechazo a la candidatura de Capitanich, y que esa franja seguirá sin apoyarlo aunque Magda acuerde con él.
Zdero analiza cómo hacer frente a esa lista única que germina en el peronismo. Tiene un par de dilemas importantes. El primero de ellos está sujeto a confirmación. Se dice que el acuerdo entre el gobernador y Karina Milei que dio a luz a la alianza chaqueña entre la UCR y La Libertad Avanza tuvo una cláusula muy clara: «Ustedes encabezan la lista en mayo, nosotros encabezamos en octubre». Traducción: los Milei cuentan con que en las elecciones nacionales tanto la cabeza de la boleta para senadores como la de diputados esté ocupada por figuras libertarias. En la categoría senatorial, el hombre sería Alfredo «Capi» Rodríguez, actual delegado de la oficinal regional de Anses.
El otro dilema son los nombres en las boletas. ¿Un «chico nuevo» como en mayo para mostrar renovación o alguien con trayectoria y peso propio? La primera opción no parece haber funcionado bien.
PALANCA
Volviendo al supuesto acuerdo con Karina, desde ya que la palanca libertaria para conseguir los espacios estelares es la gran dependencia que el Chaco tiene de los anticipos de coparticipación para cumplir con su cadena de pagos, incluida la salarial. El tema es que aunque eso es pragmatismo puro, a Zdero le significará ruidos hacia adentro de la UCR, que por primera vez en su historia iría con sus cabezas de lista reservadas para otra fuerza. Es una situación incómoda para alguien que busca consolidar el liderazgo que le reportó el batacazo de 2023.
Lo que estaría intentando ahora el gobernador es una especie de renegociación de ese acuerdo, si es que sus términos son en verdad los mencionados antes. Según esta versión, el gobierno encargó encuestas que mostrarían que los probables candidatos libertarios no miden tan bien como los posibles postulantes radicales. La propuesta se refuerza con el siguiente análisis: si Chaco Puede gana, metería en el Congreso dos senadores y dos diputados nacionales; con lo cual si los candidatos de LLA van en segundo término, el resultado para la Casa Rosada es el mismo: sumaría una banca en cada Cámara, lo mismo que si su gente fuera al tope de las boletas. La letra chica de esa receta es que para que funcione requiere de que la alianza radical-libertaria sea la más votada. Si no lo fuera, no metería dos senadores sino solamente uno, el primero. No se sabe si todo esto es así. Digamos que es el chisme del momento, confirmado a medias por algunas fuentes interesadas.
COSMOS
El acuerdo peronista, a la par, podría llegar a anunciarse pronto. «La idea es que no pasen más de dos semanas y comunicarlo», contaba ayer un dirigente metido en esas charlas.
Todos calculan y hacen cuentas, pero nadie parece recordar que el electorado argentino está estallado y marcado por la imprevisibilidad. Un peso pesado del peronismo contaba ayer una anécdota reciente, muy graficadora. Relató que en una recorrida política se encontró con un docente que le habló pestes, muy enojado, tanto de la gestión de Milei como la de Zdero. Contento con esa circunstancia, nuestra fuente le dijo: «O sea que contamos con tu voto en octubre». La respuesta del maestro fue: «¡Ni en pedo!»
Es que lo que antes conocíamos como voto castigo hoy puede ser cualquier cosa, y el mayor deseo en una amplia proporción de la ciudadanía parece ser hacer sonar el chicote sobre todos. Por eso los bajísimos porcentajes de asistencia a las urnas en todas las elecciones realizadas este año. Gente que navega sus días a años luz de las alquimias partidarias.

Por Sergio Schneider
Director periodístico.